domingo, 22 de noviembre de 2015

HOTEL DULCE HOTEL 1987

HOTEL DULCE HOTEL



EL NUEVO RUMBO DE JOAQUÍN SABINA

Hotel Dulce hotel es el quinto disco de Joaquin Sabina que salio a la venta en 1987 y del que se vendieron nada menos que 400.000 copias. Después de los dos últimos discos firmados con Viceversa, Joaquin saca este en solitario, aunque los arreglos y música siguen con él los Viceversa. Es pues para Joaquín un disco con ganas, fresco y novedoso, con nueve grandes temas y una duración total de 38:13. Se grabo en los estudios Eurosonic de Madrid, siendo producido por el propio Joaquin y Jesús Gomez.

Palabras de Sabina:

<< A mi me han gustado mucho los hoteles, porque son anónimos, porque se encuentra uno gente por los pasillos, por los ascensores, porque llamas y te suben un whisky, porque propicia mucho mas la cana al aire que en la casa de uno .......a mi me gustan mucho y concretamente este me parece una maravilla >>

<< Joaquín ... ¿Que tiene de distinta la cama de un hotel de tu cama?
- Que no es el lecho conyugal ...que hay pecado ...y Claro !!! Que puede haberlo aunque no lo haya ..también hay películas porno en los hoteles ... >> 

Desde el ultimo disco de estudio "Juez y Parte" hasta este ultimo pasaron dos años, en los que Joaquín perdió a su padre, se separo de Lucia, presento su segundo libro "De lo cantado y sus margenes", vio una biografía suya publicada en la colección "Los Juglares" don de grandes artistas ya estaban ....y hasta colaboro con Mario Camus para una película. E incluso la grabación en directo de un doble disco con Viceversa en el Teatro Salamanca de Madrid ....Dos años llenos de grandes cosas buenas y algunas malas.

En Hotel dulce hotel los retratos de chicas siempre involucran al sujeto, a diferencia de temas del anterior disco de estudio (Que demasiao y La balada de Tolito). En estos temas hay dos clases de mujeres, las que le dejan con el corazón en la mano (Canciones de amor) y las que son convencidas para ir a la cama (Canciones de sexo).

El disco empieza con clásico "Así estoy yo sin ti" el cual marco un punto de inflexión en la carrera de Sabina, con un sonido mas pulido y con una dirección a lo melódico-sentimental para captar a un amplio publico. El estribillo gran gancho del tema con referentes comparados ....el tren, el taxi, el Lute, el aeropuerto ....se relacionan con el viaje y la libertad.
Pacto entre caballeros basada en hechos reales, nos presenta la celebración del delito como gesto de resistencia, es el bautismo de fuego del personaje Sabina en el mundo del delito. Sabina cruza dos espacios, el del ladrón callejero y el de burgués acomodado:

<< Pero el bizco se dio cuenta y me dijo -Oye colega te pareces al Sabina ese que canta >>

Que se llama Soledad es otro gran tema ....uno de los mejores del disco o quizás el mejor. Manifiesta

un dominio estructural que preanuncia obras posteriores (podría formar parte de Física y Química y sin desentonar). A medias entre el autorretrato y la ficción, entre el vuelo lírico y la confesión cínica (con algún verso desafortunado como el del circo y los enanos), delata una melancolía producto del amor, única que se permite Sabina. Es de esos temas de digestión lenta (salvo el estribillo) pero de permanencia inalterable en el tiempo.
“Algunas veces doy con un gusano en la fruta del manzano prohibido del padre Adán”.

Sabina declaró alguna vez que la canción estaba influenciada por Silvio Rodríguez y este tipo de imagen es propia del cubano, más cercano a un enfoque “oracular” en su poética, cuyos versos iluminan zonas de la realidad que otros discursos u otras artes u otras disciplinas son incapaces de hacer (enfoque que a Sabina, por entonces lo tenía más bien sin cuidado, ocupado como estaba en construir su imagen al filo de los excesos). Casi un retorno al tema de apertura, con una percusión más leve y el clarinete imprimiendo su sello sensual. El motivo melódico es más complejo y elaborado.

“O duermo y dejo la puerta de mi habitación abierta por si acaso se te ocurre regresar”
Es una reinvención de la imagen tanguera: , como bien señala Luis Cardillo en Los Tangos de Sabina, aunque, hay que reconocer que la reacción de los sujetos en Sabina nunca es de rencor hacia la mujer, antes más bien, de admiración y reconocimiento.

Besos de Judas es una revisitación de Incompatibilidad de caracteres “si le pido `quédate un poco màs´, se viste y se va” en tanto presenta la misma figura de mujer difícil, aunque el abandono del clima vaudevillesco y la aceptación del dominio que la chica ejerce sobre el sujeto le dan un tono algo más quejumbroso:


“Yo que siempre traté de aprender a barajar los naipes al estilo del triunfador
ahora me veo jugando de farol mientras su manga esconde un as sale siempre a ganar”.


El texto comenzó –según rezan los créditos- como una versión libre de Ta liberté, de Capdevielle, que luego derivó lejos del modelo. Es un rock and roll con resonancias densas de piano y el sintetizador subrayando fragmentos melódicos en el estribillo. Funciona como relleno. El metro irregular sugiere que nació primero la música.

Oiga doctor plantea con buen humor el tema de la fama enfocado desde sus diversas consecuencias. Una burla a la concepción romántica del arte, donde el artista debe ser pobre y sufrido para ser genial:


“Oiga, doctor, devuélvame mi depresión ¿No ve que los amigos se apartan de mí?
Dicen que no se puede consentir esa sonrisa idiota. Oiga, doctor que no escribo una nota
desde que soy feliz”.


Al final, es directo:  "La cumbre se me está clavando por momentos en el culo”.

Hubiese quedado bien en Juez y Parte con sus alusiones biográficas. De no ser porque ya incluía su modelo previo e inmejorable: El joven aprendiz de pintor, del cual es continuación natural e histórica, ya que aquí el sujeto está definitivamente instalado en al creta de la ola. A su favor podemos decir que gana en humor, desafío y cinismo.

El “Ya no se me empina/Desde que usted me ordenó/Tener cuidado con la nicotina”, además de ser un guiño a Eh, Sabina, es una asunción de profesionalismo, además de éxito.

Arranca con voz y guitarra distorsionada mientras la banda anuncia su presencia con acordes cortantes, luego se lanza a las aguas del rock and roll con mucha distorsión, el piano en pleno disfrute y un obligado solo de saxo. Sabina dobla su propia voz.

“No quiso ser de nadie” resume el carácter de la heroína de Amores eternos, otro homenaje con cicatrices y más gotas de ácido sobre la rutina doméstica: “Antes que la carcoma de la vida cotidiana/Acabara durmiendo en nuestra cama/(…)Se fue de madrugada…”) Suena a bolero tropicalón con su guitarra arpegiada , la batería cruzada y los efectos de marimba, introduce un clima más acústico, aunque los instrumentos marcan duro, como insinuando un rencor que la letra no se puede permitir. El final es con yuxtaposición de voces. Una breve salida a algo diferente. El estribillo es apenas una variante del motivo principal, el tema se sostiene por su propio espíritu.

Mónica es de lo más flojito del disco, un mero borrador del futuro y genial Y si amanece por fin. Una vez más un par de versos resumen el mensaje básico: “¿No ves que ya empieza a amanecer?/Anda, quítate la ropa de una vez”. No hay lugares para tibiezas. En la obra de Sabina las mujeres entran a matar o morir. Aquí, evidentemente, funciona otro modelo de pareja. Es un rock and pop dominado por el órgano y Sabina doblándose a sí mismo.

Cuernos, con su ritmo ligero de cabaret y su desdramatización de la infidelidad, además de ser una buena humorada y un excelente consejo, tiene guiños clasistas (sí a la mujer del ejecutivo o del clase alta; no a la del obrero) que refuerzan la parte más “socialista” de Sabina, algo devaluada en medio de tanto habitación con champán y cuarto lujoso. Más que como vendida involuntaria producto de la fama y el éxito, la imagen global final es la de incursión en territorio del enemigo. Cuestión de carisma. Sabina genera reconocimiento del oyente masculino, generalmente tercero excluido. A igual que en Serrat, el lenguaje musical elegido para lo burlón es el vaudeville: trombón, trompeta con sordina, clarinete, coros de chicas y percusión. De lo mejor del álbum.

Casi una continuación temática de la pista anterior, llega el cierre con Hotel, dulce hotel, el tema que da título al álbum que alberga cada una de las desprejuiciadas canciones. El estribillo martilleante suena a sentencia irrevocable: “Hotel, dulce hotel - Hogar, triste hogar”. Si Sabina nos quiere convencer de los perjuicios de la convivencia (para el amor) y del amanecer (para el sexo), el tema aparece como la función conclusiva de dicho argumento, ya que insiste reunido esos conceptos dispersos a lo largo de todo el disco: “Ponte el liguero que por Reyes te regalé/Ven a la cama, nos persigue el amanecer” o “La llama que me quema cada vez que te veo/Me dice que es absurdo programar el deseo/Al cabo de unos años estaríamos los dos/Adultos y aburridos frente al televisor”.

El álbum arranca lamentando la soledad y termina celebrando la infidelidad. Un gran álbum.

LISTADO DE CANCIONES

(Para escuchar las canciones pincha encima del titulo)

  1. Así estoy yo sin ti
  2. Pacto entre caballeros
  3. Que se llama Soledad
  4. Besos de Judas
  5. Oiga, doctor
  6. Amores eternos
  7. Mónica
  8. Cuernos
  9. Hotel, dulce hotel


PRÓXIMO DISCO:
EL HOMBRE DEL TRAJE GRIS


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